miércoles, 16 de marzo de 2011

Nunca fuimos modernos...ni adultos

Las peliculas de Disney siempre se caracterizaron por tener una estructura basada en los extremos. Buenos y malos, príncipe, princesa, madrastra, hechizos, canción, animales, compañeros (cuota de comedia), y el clásico: “y vivieron felices por siempre”.

Sólo basta con recordar aquellas cintas de la niñez de cuaquier adulto nacido antes de los ochenta. Cómo olvidar a La bella durmiente envenenada, Blancanieves dormida (digamos la verdad, ¿no eran creepy los enanos?), Cenicienta (con dos hermanastras con problemas de juanetes), los desdichados Hansel y Gretel (siendo abandonados y preparados a la portuguesa) o Caperucita “soy pervert” Roja (Freud se haría un festín) por el bosque y perseguida por un “lobo”. Y ni hablar del pobre Pinocho (que quería ser un niño de verdad!).

Si nos remontamos a la sección “patada al higado” tenemos a los animales con problemas: Dumbo (acomplejado con sus orejas), Bambi (huérfano), Patito (feo).. Más que alegrarnos la infancia, terminaron traumatizándonos.

Todos los perros van al cielo fue probable y definitivamente el equivalente de tirar los restos de cualquier niño al chiquero (con los Tres cerditos). Ni el beso de La Dama y el Vagabundo (del que todos recordaremos no el beso sino los spaguettis con albóndigas que abrían el apetito) pudo hacernos reponer de ese golpe canino a los bajos fondos.

Menos mal que los 101 dálmatas se reencontraron con sus padres y no corrieron el mismo destino que el pobre Chatrán. Los felinos igualmente nunca fueron privilegiados narrativamente, la muerte siempre acechó a estos bichos sagrados....Simba knows.

Hasta que un astronauta alunizó por “accidente" en el baúl de los juguetes. Se dio la mano con un vaquero y comenzó un camino (amarillo) hacia otra manera de contar historias sin acomplejar (tanto o directamente) a los chicos e involucrándolos desde la reflexión no traumática y a partir de temas más de lo cotidiano.

Este “cuento de juguetes” fue sólo el puntapie para que la lámpara saltarina se hiciera presente en el imaginario cinéfilo. Así, la factoría Pixar nos hizo ver el mundo como si fueramos pequeños Bichos, nos hizo marcar tarjeta en Monsters Inc (quién no imaginó un brazo acechando y cuando volvió a mirar se trataba simplemente de una pila de ropa). Recorrimos todo un océano (Beyond the sea) para un reencuentro memorable entre Merlin y Nemo. Fuimos superhéroes Increíbles, pero también autos de carrera (que aunque no lo crean tienen sentimientos). Incluso, con la idea de que cualquiera puede cocinar, dejaron de mostrar a las ratas como seres asquerosos (cualquier cosa consultar con Las Brujas) y nos invitaron a cocinar un maravilloso Ratatouille.

Y esto no termina allí, segundas partes se van a ser presentes, pero no podemos dejar de emocionarnos al recordar Up. Qué mejor que narrar les desventuras de un pobre viejo intentando perseguir un sueño, que como Dorothy, emprende una gran aventura para aprender que “happiness is real ony when shared” (saquen los pepeles tissue).

Pero la gente que tiene como mascota a Luxo Jr, no fue la única en incursionar en esta nueva manera de contar historias. Shrek significa antes que nada el aprender a reírse de las viejos cuentos de Disney. Una sátira de todo lo descripto más arriba. El Príncipe encantador dejó muy mal parado a aquel príncipe azul que nos inculcaron como objeto de nuestros sueños (la que no se imaginó bailando por el bosque al ritmo del ♫eres tu el príncipe azul que yo soñé♫, miente!!!).

Otras manadas extrañas también se hicieron presentes, como las magníficas Era del Hielo y Madagascar, donde un grupo desopilante de amigos intenta revalorizar la amistad a partir del viaje del héroe. Pero ojo, no todo lo que brilla es oro, hubo casos en donde en el afán de ganar al publico (mayor) con un guiño, se utilizó el recurso de asemejar las animaciones a las figuras de quienes les daban la voz...y fracasaron. Caso emblemático: Shark´s Tale que parece que se los comió un tiburón (preferimos ver Pecezuelos).

Otras como Kung Fu Panda (y el maestro Shifu de nuestra amiga Gabi Giorgio!!!), Monster House, Lluvia de hamburguesas, Igor (sublime!!!!!!!!!!), y una lista que puede seguir casi ad infinitum, son sólo algunos ejemplos de una nueva valoración a los cuentos infantiles con una vuelta de tuerca (hasta Disney tuvo que “modernizar” a sus princesas, desde una de tez morena a una Hannah Montanta Rampunzel) ya que las películas “para chicos” además de serlo para ellos, tienen un mensaje para quien lleva un niño adentro.

Quizás lo interesante es que alientan a los chicos y grandes a pensarse como personas que habitan más en el medio y menos en los extremos ideales. Seres comunes, imperfectos, que se permiten momentos de infelicidad y tristeza, seres que pueden desenamorarse de causas, decepcionarse, tener baja autoestima. Seres que sin embargo, pueden perseguir sus sueños, pueden aceptar el miedo pero aceptar también que sólo se vence aprendiendo a enfrentarlo.

Seres que conviven con los peores demonios: los propios. Seres más cerca de lo netamente humano que de lo fantástico, que por momentos nos hacen olvidar que están hechos con lapiz y se transforman en carne y hueso...

Si el cine es un espejo de nosotros, ¿porqué no hacer de ese reflejo una imagen más cercana a ese viejito que quería volar y que buscaba ser feliz que a esa princesa que quería regresar a su castillo...?



GGss & vanemaz

3 comentarios:

Gise dijo...

Realmente, que suerte que tenemos de no haber salido peores a causa de las historias de nuestra infancia!!! Despues no sabemos de dnd nos viene la neurosis y empeñamos tiempo y tiempo en el divan por conflictos no resueltos!!!

Fuera de eso, que bueno que el espacio de los niños en el cine, sea al mismo tiempo un espacio de encuentro entre generaciones, que, como dijimos en algun momento, padre e hijo puedan compartir y disfrutar un par de horas frente a la gran pantalla, es fantastico. Que uno busque sobrinos de excusa para ir a ver pelis "de chicos" sin duda habla de un giro, de un cambio hacia una mirada que ve a los "niños" como pequeños grandes, y a los "grandes" como portadores de un niño eterno.

Que linda nota Gabinete, de verdad, que linda :) justo para antes de irse a dormir...

PD: tdv me da tristeza Chatran :(

Antonela Ginessi dijo...

Tanto para comentar!! Disney fue y será una de mis debilidades... desde agotar en mi temprana infancia a todo familiar que me invitara a dormir con La Bella Durmiente (por algo mi Aurora!) hasta fanatizar a las nuevas generaciones bajandole y viendo en compañía cuanta película de disney hubiese...

Como bien han señalado, Disney tiene 2 grandes etapas... la de las adaptaciones de los mágicos cuentos de los hermanos Grimm y la iniciada por Pixar y sus películas para niños y no tan niños.

De esta última etapa, mi preferida es Wall-E (obviamente que Toy Story y Monster Inc tb están en mi podio)... sin embargo Wall-E es una animación que me ha enternecido, entristecido, alegrado, esperanzado sin articular palabras... la historia y las emociones que lograron generar en Wall-E y Eva son una de las cosas que más me han llegado del Disney S.XXI.

Cómo siempre chicas... el post es genial!!! Tanto para conversar!

PD: Igual aconsejo mirar algunas de las películas bajo la supervisión de un adulto... no se que hubiese sido de mi sin las palabras de mi mamá luego de ver Bambi o El Rey León... Hasta Pocachontas me habia afectado... no podía creer que John Smith se fuera y no terminaran juntos!!! Bua, bua!

Cristian Oliva dijo...

Lindo post. Deberian dedicarle un apartado a Pixar. Es un caso exepcional, pelicula tras pelicula creo que ya esta, que lograron su techo y sin embargo se siguen superando. Saludos